
La edad más frecuente de aparición de la artritis reumatoide se sitúa entre los 25 y los 45 años, momento en el que el paciente tiende precisamente a tener una vida laboral y familiar más activa.
Si la enfermedad no es tratada a tiempo se produce un daño irreversible en las articulaciones, los datos indican que trascurridos 10 años desde el comienzo de la enfermedad, un porcentaje muy elevado de pacientes (hasta un 50%) ya no puede trabajar, por lo tanto se puede decir que el impacto de la enfermedad se extiende no sólo al paciente, sino también a su entorno familiar y a toda la sociedad en general.
La pérdida de productividad laboral es uno de los principales impactos de la AR en la sociedad, ya que es una de las principales causas de jubilaciones anticipadas y pensiones por discapacidad.
El diagnóstico y tratamiento efectivo de AR en las fases tempranas de la enfermedad retrasa la progresión de la misma, con la consecuente reducción del impacto socio-económico.
Información de interés
Declaración del Parlamento Europeo Sobre Enfermedades Reumáticas