Reservorios subcutáneos: catéter Hickman, PICC y otras vías centrales

El tratamiento del cáncer en el adolescente se basa en la combinación de quimioterapia, radioterapia y/o cirugía. El término quimioterapia incluye múltiples medicamentos con efecto antitumoral que pueden administrarse de forma oral (pastillas o jarabes), intravenosa (a través de una vía) o intratecal (directamente en el sistema nervioso central a través de una punción lumbar). 

La administración de quimioterapia intravenosa suele ser un tratamiento prolongado (generalmente entre 2-3 meses y 1-2 años), y requiere colocar una vía venosa central (una vía en una vena de calibre grueso) para evitar punciones repetidas en venas de los brazos y para poder administrar la quimioterapia con seguridad, ya que se trata de sustancias que pueden ser muy irritantes si se administran a través de una vena periférica de pequeño calibre como las de los miembros superiores. Además, disponer de una vía venosa central permite extraer las muestras de sangre necesarias para realizar los controles analíticos durante el tratamiento.



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Conoce todo sobre el catéter Hickman y otros reservorios subcutáneos utilizados para la administración de la quimioterapia intravenosa.

Es un catéter venoso central tunelizado, es decir, parte del catéter queda en el exterior y una parte está tunelizada bajo la piel antes de entrar en la vena. Tiene un anillo que asegura que quede bien fijado al tejido blando en la parte tunelizada y hay disponibles catéteres con una, dos o tres luces o vías, para facilitar la administración de varias medicaciones simultáneamente en los pacientes que lo precisen. 

Este tipo de catéter lo colocan los cirujanos o los radiólogos intervencionistas bajo anestesia general. Al igual que el reservorio subcutáneo, evita punciones periféricas repetidas y, al estar colocado en la zona pectoral, permite mantener libres las extremidades. Además, puede mantenerse durante semanas o algunos meses con seguridad y al disponer de varias luces, sirve para procedimientos complejos como recogida de células para un trasplante de células madre. 

Su principal desventaja es que la parte de catéter externalizada puede resultar molesta y limitante para el aseo personal o para realizar actividades, así como un mayor riesgo de infección que el reservorio subcutáneo. 

¿Existen otro tipo de vías centrales?

Además de los catéteres de larga duración (Port-a-Cath y catéter tipo Hickman) podemos emplear catéteres centrales transitorios o de corta duración. Los utilizados más frecuentemente son:

  • Catéteres venosos centrales en vena femoral o yugular (ingle o cuello): son catéteres que se colocan con sedación superficial en la Unidad de Cuidados Intensivos, puncionando directamente sobre la vena gruesa (en ocasiones con la ayuda de la ecografía para facilitar la localización de la vena) y que quedan externalizados. Se fijan a la piel de alrededor con puntos y pueden tener una o dos luces. Suelen emplearse cuando se requieren de forma urgente y para períodos de tiempo inferiores a 2 semanas. Permiten administrar todo tipo de medicaciones, nutrientes y transfusiones de productos sanguíneos, pero tienen mayor riesgo de infección que los catéteres de larga duración y riesgo de producir trombos.

  • PICC (catéteres centrales de inserción periférica): son catéteres de mayor longitud que llegan hasta una vena gruesa del cuello, pero se introducen en la flexura del codo con un pinchazo similar a los que realizamos para extraer una muestra de sangre normal. Podemos disponer de ellos con rapidez ya que se colocan sin necesidad de sedación y pueden mantenerse de forma segura hasta 1-2 meses. Como desventajas destaca la limitación de la actividad y dificultad para el aseo personal al estar canalizados en el brazo, así como el riesgo de infectarse por estar externalizados. 

Dra. Maitane Andión Catalán

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