De forma genérica, se denomina cáncer de hígado o carcinoma de hígado, a los tumores (proliferación incontrolada de células) que se producen en este órgano.
En condiciones normales, uno de los rasgos más característicos del hígado es su capacidad para regenerarse y renovar sus células, denominadas hepatocitos. La renovación de éstos se produce durante el mantenimiento normal del órgano o tras producirse una enfermedad o daño en el hígado. El tumor se genera cuando se produce algún error en este proceso y las células se multiplican sin control 1,2.
Para comprender esta patología, su alcance, su efecto en el organismo y demás factores, resulta necesario conocer algunos aspectos básicos de este órgano, su estructura anatómica, localización o las importantes funciones en las que participa y que se pueden ver alteradas por el desarrollo de la enfermedad.
El hígado es el órgano interno más grande del cuerpo. Se localiza en la parte superior derecha del abdomen, debajo de las costillas y del pulmón.
El hígado está formado por tres partes denominadas lóbulos: lóbulo derecho, lóbulo izquierdo y lóbulo caudado. Cada lóbulo se caracteriza por tener una distribución propia de arterias, venas y vías biliares y se puede dividir en varios segmentos1,3:
El hígado es uno de los órganos más importantes en cuanto a la actividad metabólica del organismo. Así, está implicado en:1,3
El cáncer de hígado es el 6º tumor más frecuente del mundo4. En España, según el informe “Las cifras del cáncer en España 2022” publicado por SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica), se estima que en 2022 ha habido 6.604 nuevos pacientes de este tipo de cáncer, afectando mayoritariamente a varones (5.100 diagnósticos) y mayores de 60 años (80%)4,5.
El cáncer de hígado se clasifica de forma general como primario y secundario en función de su origen.
El cáncer de hígado primario tiene su origen en el propio hígado, distinguiéndose dos tipos fundamentalmente6:
Por otro lado, el cáncer de hígado secundario o metastásico, ocurre cuando el origen del cáncer es otro órgano, pero se ha extendido al hígado. Los cánceres con mayor riesgo de metastatizar al hígado son el cáncer de colón, páncreas, estómago, pulmón o mama. El hígado es muy susceptible a este proceso, conocido como metástasis, debido a su función de filtrado de la sangre. Las células cancerosas que se encuentran en la circulación sanguínea pueden quedar acumuladas en el hígado y establecer un tumor maligno9.
Estos tumores se denominan y se tratan en función de su localización primaria (donde empezaron). Por ejemplo, un cáncer que comenzó en el pulmón y se extendió al hígado se denomina cáncer de pulmón con metástasis hepática.
Según la Sociedad Americana Contra el Cáncer, en Estados Unidos y Europa, los tumores hepáticos secundarios (metastásicos) son más frecuentes que el cáncer de hígado primario6.
Entre los principales factores de riesgo para desarrollar cáncer de hígado se encuentran:
A pesar de las importantes consecuencias que puede tener el desarrollo de cáncer de hígado, se trata de un cáncer altamente prevenible en el que el diagnóstico precoz y el control de los factores de riesgo resultan las principales “armas” para combatirlo.
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