Prevención y grupos de riesgo
La prevención es la principal vía para frenar la pandemia del SARS-CoV-2. El acceso a información sobre la enfermedad y su propagación nos permite prevenir y ralentizar la transmisión del virus, protegiéndote a ti mismo y a los que te rodean de la infección.
La primera y más importante vía de prevención es la vacunación. Vacunándote contra la COVID-19 reduces el riesgo de las personas de infectarse por el virus y previenes la hospitalización de los más vulnerables.
Además, en segunda línea, por simple que parezca, el lavado de manos con agua y jabón es la barrera más defensiva contra el virus. Lavarse las manos regularmente con agua y jabón durante 20 segundos, especialmente después de ir al baño, antes de comer y después de toser, estornudar o sonarse la nariz, permite evitar la exposición al virus y con ello la infección. Si no dispones de agua y jabón puedes sustituirlo por desinfectante de manos, siempre que contengan mínimo un 70% de alcohol.
Por otro lado, el distanciamiento social, el uso de mascarilla y evitar multitudes o espacios mal ventilados te asegura protección propia y de las personas de tu entorno.
Grupos de riesgo frente a la COVID-19
Existe una parte de la población que presenta mayor riesgo frente a la infección por SARS-CoV-2. Las personas mayores y las que padecen enfermedades subyacentes corren un riesgo más alto de enfermar de gravedad.
A parte de la edad, entre las principales afecciones que aumentan el riesgo de enfermar de gravedad a causa de la COVID-19 se incluyen enfermedades cardiovasculares, incluyendo hipertensión, diabetes y obesidad, cáncer, enfermedades pulmonares, inmunodeficiencias, enfermedad renal crónica, demencia u otros trastornos neurológicos.
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