Síntomas del trastorno del Espectro de la Neuromielitis óptica
El Trastorno del Espectro de la Neuromielitis Óptica (TENMO) se caracteriza por brotes graves de neuritis óptica (inflamación del nervio óptico), que puede producir problemas visuales y ceguera hasta en el 50% de los pacientes, y de mielitis (inflamación en la médula espinal), que puede llegar a producir espasmos, debilidad y parálisis, entre otros1.
El TENMO puede desarrollarse siguiendo un modelo monofásico o recidivante, es decir, por brotes o recaídas, caracterizándose:
- En el monofásico, experimentación de un episodio unilateral o bilateral de neuritis óptica (1 o los 2 ojos afectados) o un episodio de mielitis u otro brote, sin recaídas posteriores1;
- Sin embargo, cuando la enfermedad sigue un curso recidivante, común en más del 70% de los casos, se continúa teniendo exacerbaciones de neuritis y/o mielitis, entre otras1.
Aunque ambos procesos, mielitis y neuritis óptica, pueden ocurrir simultáneamente, suele ser más frecuente que lo hagan en momentos diferentes2.
NEURITIS ÓPTICA
Con mayor frecuencia, se ven afectados los 2 ojos, bien de manera simultánea o secuencial2. Además de la pérdida de visión o ceguera, se puede experimentar dolor, dificultad para identificar los colores o los denominados fosfenos (manchas o destellos) provocados por el movimiento2.
MIELITIS
La afectación medular denominada como mielitis transversa longitudinal (a través del ancho de la médula espinal) suele desarrollarse como una inflamación en la médula que se extiende al menos a lo largo de 3 segmentos vertebrales consecutivos2.
Los episodios de mielitis pueden terminar dañando o destruyendo la mielina, la sustancia grasa aislante que cubre las fibras celulares nerviosas. Este daño causa cicatrices en el sistema nervioso provocando la interrupción de las comunicaciones entre los nervios de la médula espinal y el resto del cuerpo3. En función del segmento de la médula espinal afectado se generarán distintos síntomas: debilidad muscular, espasmos, parálisis, afectación de los esfínteres o disfunción sexual, entre otros2.
En los episodios de mielitis transversa también puede aparecer dolor en zona lumbar o sensaciones agudas y punzantes que se irradian hacia las piernas o los brazos o alrededor del torso. Estas sensaciones en ocasiones se acompañan de entumecimiento, cosquilleo, sensación de frío o ardor y un aumento de la sensibilidad al tacto3.
La inflamación de la médula puede ocasionar pérdida de mielina y por tanto interrumpir el impulso nervioso generando espasmos o parálisis2
OTRAS ALTERACIONES
Además de la alteración del nervio óptico y de la médula, se pueden afectar otras áreas (bulbo raquídeo, hipotálamo, tálamo…) que generen otras manifestaciones clínicas. Destacan2,4,5:
- Episodios de náuseas o vómitos intensos que no tienen causa aparente.
- Hipo persistente o incoercible.
- Pérdida auditiva.
- Vértigo.
- Alteración oculomotora (trastorno en todos o algunos de los componentes que participan en el movimiento ocular).
- Neuralgia del trigémino (trastorno de dolor crónico que afecta el nervio trigémino, encargado de transmitir las sensaciones del rostro al cerebro, pudiéndose desencadenar un dolor repentino intenso con cualquier estimulación leve en el rostro).
- Alteraciones cognitivas.
- Narcolepsia (ataques repentinos de sueño con incapacidad para mantenerse despierto).
Hasta en el 15% de los casos, se producen síntomas diferentes a la neuritis óptica o mielitis2
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