Trastorno del Espectro de la Neuromielitis Óptica: historia natural de la enfermedad
El Trastorno del Espectro de la Neuromielitis Óptica (TENMO) es una enfermedad responsable de una importante y discapacitante sintomatología prácticamente desde su debut. Se trata de una enfermedad crónica en la que la recuperación tras cada brote no suele ser completa1; por ello, los pacientes suelen ir acumulando discapacidad como consecuencia de los diferentes episodios neurológicos2,3. En mayor o menor grado, los pacientes sufrirán problemas visuales y debilidad en las extremidades, entre otros síntomas. En los casos más graves, puede aparecer ceguera o parálisis. Hoy en día, gracias a un mayor conocimiento de la enfermedad, se ha conseguido un diagnóstico mejor y más precoz y como consecuencia, un inicio temprano de los tratamientos, que favorecen a largo plazo un mejor manejo de la enfermedad y evolución de los pacientes1,2,4.
Lógicamente, como en todas las enfermedades, el pronóstico y evolución clínica presenta variaciones importantes entre los diferentes pacientes. Aun así, se han podido establecer algunos factores pronósticos que pueden permitir conocer en mayor o menor medida la evolución del Trastorno del Espectro de la Neuromielitis Óptica (TENMO)5.
FACTORES PRONÓSTICOS
Enfermedad recurrente
Aunque, en el caso de la variedad recurrente del Trastorno del Espectro de la Neuromielitis Óptica (TENMO) (variedad más frecuente), los brotes pueden aparecer sin ningún intervalo prestablecido, sí que se ha comprobado que:
- El intervalo se acorta si el paciente debutó con alteraciones visuales por neuritis óptica2,5;
- Los pacientes más jóvenes al debut fueron más propensos a padecer brotes de neuritis óptica5;
- Las mujeres tienen un mayor riesgo de brotes5;
- El uso de determinados fármacos contra la esclerosis múltiple (EM) se ha asociado a un aumento en el riesgo de brotes2,3.
Primer episodio
Se relaciona con un peor pronóstico de futuro aquellos pacientes en los que la recuperación tras el primer episodio fue menor, presentando importantes secuelas y mayor incapacidad6.
Edad al debut
Una mayor edad en el inicio de la enfermedad, se relaciona con una peor evolución. Este riesgo de empeoramiento aumenta 1,7 veces por cada 10 años6,7.
Las personas diagnosticadas de TENMO no caucásicas, mujeres y mayores, presentan un peor pronóstico y evolución5
Retraso en el tratamiento
Un retraso de más de 4 años en el inicio del tratamiento del TENMO, se relaciona con una mayor discapacidad futura8.
A diferencia de otras enfermedades neurológicas y crónicas, como por ejemplo la esclerosis múltiple, en el TENMO, la progresión de la enfermedad es excepcional, los brotes repetidos son responsables del mayor o menor grado de incapacidad. Por ello, uno de los pilares del tratamiento irá encaminado a la prevención de los mismos, de manera que los pacientes puedan mantener una cierta estabilidad clínica3.
En el TENMO la repetición de los brotes, es la responsable de la pérdida de la funcionalidad del afectado3
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