Seguimiento de las pacientes de cáncer de cérvix

Uno de los principales temores de las personas que han superado un cáncer de cérvix o del cuello del útero es que haya una recurrencia, es decir que reaparezca por la nueva proliferación de células malignas. Las visitas y controles de seguimiento del cáncer de cuello uterino son fundamentales para detectar de manera precoz una posible recurrencia así como para controlar algunos efectos adversos que puedan surgir tiempo después de haber finalizado con éxito el tratamiento.

El cáncer de cérvix se produce cuando las células sanas del cuello del útero se alteran y crecen descontroladamente. De esta manera se generan células malignas que favorecen el desarrollo del tumor.

Cáncer de cérvix o de cuello uterino.

Existen tratamientos eficaces frente al cáncer de cérvix y su éxito depende del estadio en el que sea diagnosticado. La tasa de supervivencia en los estadios iniciales puede superar el 90% a los cinco años del diagnóstico, por lo que la detección precoz es fundamental.

La recurrencia del cáncer de cérvix se produce cuando tras el tratamiento se vuelven a detectar células tumorales. Esto puede deberse a que la terapia no pudo eliminar todas las células malignas, quedando pequeños grupos residuales que con el tiempo vuelven a proliferar.

La recurrencia del cáncer de cérvix depende de muchos factores, como las características propias del tumor – tipo y fase en la que se ha diagnosticado-, el tratamiento que se haya recibido y la respuesta al mismo.

El objetivo del programa de seguimiento del cáncer del cuello uterino es descartar o detectar cuanto antes una posible recurrencia, de manera que se puedan tomar las medidas terapéuticas necesarias para atajar el crecimiento del tumor. Las visitas de seguimiento suelen realizarse de manera trimestral durante los dos o tres años, y se van espaciando en el tiempo hasta alcanzar una periodicidad anual. En todo caso, es el oncólogo quien debe determinar la frecuencia de las revisiones dependiendo de las circunstancias de la paciente.

Cáncer de cérvix o de cuello uterino.

Durante el seguimiento se llevarán a cabo distintas pruebas que permitan detectar la presencia de células malignas en el cuello del útero o en zonas circundantes, y el estado de diferentes órganos que han podido verse afectados por el tratamiento contra el cáncer de cérvix. Entre estas pruebas se encuentran análisis de sangre completos, radiografía de tórax, ecografía abdominal, tomografía computarizada (TAC) de la zona pélvica y revisión por parte del ginecólogo.

El seguimiento también permite detectar y tratar algunos efectos secundarios que han podido surgir durante el tratamiento o tiempo después como consecuencia del mismo. Y es que algunos de estos efectos aparecen meses o incluso años después de haber finalizado el tratamiento, por lo que es importante identificarlos y resolverlos de la mejor manera posible.

 

 

¿Qué es el Cáncer de Cérvix?

El cáncer se produce cuando las células normales del cuello del útero empiezan a transformarse y crecen de manera descontrolada.

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