Brotes en Esclerosis Múltiple

La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad neurodegenerativa, autoinmune, de carácter crónico y de origen inflamatorio. Una de las principales características de esta enfermedad es la alternancia de periodos asintomáticos con otros sintomáticos conocidos como brotes. Podemos definir un brote en Esclerosis Múltiple como un periodo o episodio en el que se manifiestan de forma aguda síntomas nuevos o ya existentes característicos de la enfermedad y que persisten durante al menos 24 horas y no son atribuibles a otros factores de confusión (por ejemplo, fiebre o infecciones).1

¿Qué ocurre durante un brote?

La inflamación en la Esclerosis Múltiple es un aspecto muy relevante. Presente en el transcurso de toda la enfermedad, esta inflamación se acentúa durante los brotes, en los que se producen ataques al sistema nervioso central (SNC) por parte del propio sistema inmune. Estos ataques favorecen la aparición o el aumento de tamaño de lesiones en el cerebro o en la médula espinal. Es precisamente al aumento de intensidad de estos procesos inflamatorios a los que se les considera los responsables últimos de la sintomatología.1

Durante los brotes, los linfocitos B y T, células del sistema inmune responsables de la denominada respuesta inmunitaria adaptativa o adquirida, cruzan la barrera hematoencefálica (BHE) que protege el sistema nervioso central (SNC), y atacan la mielina, haciendo que esta se degrade.2

La mielina es la vaina blanquecina protectora que recubre las fibras nerviosas, en concreto los axones de las neuronas.  Constituida por sustancias grasas, proteínas y agua, la mielina no sólo protege las fibras nerviosas, sino que también interviene en la transmisión del impulso nervioso posibilitando que la información viaje a una gran velocidad a través de los nervios sin perderse, ni interrumpirse. La desmielinización o pérdida de la mielina ocasiona trastornos dado que los impulsos eléctricos no se transmiten con suficiente velocidad o se interrumpen. Esa alteración desencadena la sintomatología típica y característica de los brotes.3


A día de hoy, las causas de los brotes se desconocen, no pudiéndose establecer de forma clara y fehaciente una relación causa-efecto por lo que los brotes se consideran “imprevisibles”.

Consecuencia de los brotes: sintomatología de la Esclerosis Múltiple

La respuesta inflamatoria aguda responsable de la interrupción de los impulsos nerviosos desencadena la sintomatología característica de la Esclerosis Múltiple con brotes.

Entre los síntomas más importantes destacan: 4,5

  • Dolor y alteraciones de la sensibilidad: entumecimiento, hormigueo, sensación de quemazón, dolor muscular o sensibilidad al calor.
  • Debilidad en las extremidades superiores, inferiores y problemas para caminar.
  • Alteraciones de la vista: visión borrosa, doble, movimientos oculares rápidos e involuntarios o ceguera.
  • Cambios de humor.
  • Problemas de memoria, falta de concentración, falta de la capacidad de comprender y dificultad para resolver problemas.
  • Fatiga, cansancio y debilidad excesiva.
  • Temblores, rigidez y parálisis.
  • Falta de equilibrio y coordinación: vértigos, mareos, inestabilidad.
  • Problemas de vejiga e intestinales.
  • Dificultades para el habla y la deglución: cambios en el ritmo del lenguaje.
  • Alteraciones en la sexualidad: impotencia, disminución de la excitación, pérdida de la sensación placentera.

Dependiendo del grado de la lesión, el daño puede ser transitorio (con recuperación)     o permanente, más común en etapas avanzadas de la enfermedad.La intensidad o manifestación de cada brote es diferente y por tanto los síntomas pueden variar en duración e intensidad en cada persona. Ninguna persona es igual a otra.

¿Qué se considera brote?

  • Para poder ser considerados como tal, los brotes tienen que cumplir los siguientes criterios7:
  • Asociarse a un diagnóstico de Esclerosis Múltiple (condiciones relacionadas con procesos inflamatorios y de desmielinización).
  • Presentar una duración superior a 24 horas.
  • Producirse más de 30 días después del brote anterior.
  • No estar relacionados con ningún factor de confusión como fiebre, infecciones o cambios en el estado de ánimo.  


En ocasiones, las personas afectadas con Esclerosis Múltiple, sufren los denominados “pseudobrotes o síntomas fantasmas”, que se definen como empeoramientos temporales de síntomas ya experimentados previamente. Estos pseudobrotes aparecen y desaparecen normalmente en menos de 24 horas y no están relacionados con nuevas zonas de inflamación en el SNC.8

Uno de los factores desencadenantes de los pseudobrotes puede ser el aumento de la temperatura corporal, como la fiebre, el calor después de un ejercicio intenso o por un aumento de la temperatura exterior. Una vez disminuye la temperatura corporal, se resuelven los síntomas desencadenados durante el pseudobrote.8

¿Cómo actuar ante un brote?

En el caso de que aparezca un brote según lo descrito anteriormente, se debe contactar con el equipo médico, que determinará si se precisa algún tratamiento específico 5,9. El seguimiento estrecho de los brotes es crucial para poder controlar la acumulación de discapacidad, valorar los tratamientos instaurados y preservar la calidad de vida de las personas que los manifiestan mediante el control o alivio de los síntomas.10


No todos los brotes son iguales, ni producen el mismo daño, ni la recuperación es la misma en todos los afectados.

Abordaje de los brotes

A día de hoy, los tratamientos contra la Esclerosis Múltiple tienen como objetivo disminuir los brotes, reducir y mantener bajo control la inflamación asociada y favorecer una reducción de la intensidad y duración de los síntomas. Este control de los síntomas y de la inflamación repercutirá directamente a largo plazo en la calidad de vida de los afectados.

Los tratamientos buscan reducir el número de brotes, pero en el caso de que ocurran, existen diversas recomendaciones que pueden ayudar a un  mejor control de la enfermedad:11

  • Un diagnóstico precoz tras el primer brote, así como el tratamiento temprano de la enfermedad,  ayudarán a reducir el número de brotes.
  • Llevar un estilo de vida saludable, mantenerse activo, dormir adecuadamente y comer sano.
  • En caso de que ocurra un brote, es importante conocerlo e identificarlo para poder actuar cuanto antes, lo que también ayudará a disminuir la ansiedad y mejorará la adaptación a la situación.
  • Confiar en el equipo médico y seguir su consejo ayudará a lo mencionado anteriormente.

Tratamientos disponibles 

Durante un brote, lo más importante es mantener reposo y seguir las indicaciones de su médico, que es quien puede determinar el abordaje más adecuado.

Con el objetivo de reducir el número de brotes y la discapacidad asociada, se han desarrollado los denominados tratamientos modificadores de la enfermedad. Estas terapias se encargan de controlar la inflamación presente en el transcurso de la enfermedad, mitigando así el daño neuronal y por tanto controlar la acumulación de discapacidad de la enfermedad.12,13

Cuando aparece un brote, es posible que el médico instaure  un tratamiento farmacológico específico para tratarlo. Los fármacos más utilizados son los corticosteroides, antiinflamatorios que reducen rápidamente el nivel de la inflamación permitiendo una recuperación más rápida.5,9

Otros tratamientos pueden incluir inmunosupresores, que como su nombre indica disminuyen la actividad del sistema inmune, evitando que reaccione contra el propio organismo.

Solo el médico puede recomendar un tratamiento u otro y manejar los posibles efectos adversos que puedan aparecer asociados a ellos. Es muy importante seguir sus recomendaciones y plantearle directamente cualquier duda al respecto.

Además de los tratamientos farmacológicos disponibles, como hemos mencionado previamente, es habitual que se recomienden pautas nutricionales y ejercicios de rehabilitación y fisioterapia.14 Estos están indicados para mejorar el tono, la movilidad y la fuerza muscular, reducir la fatiga y prevenir las complicaciones derivadas de la sintomatología. El ejercicio físico también contribuye a la mejora psicológica, lo que se traduce en aumento de la calidad de vida.

Progresión de la esclerosis múltiple: brote vs progresión

La Esclerosis Múltiple se caracteriza tanto por la aparición de brotes, como por una progresión constante e independiente de una mayor o menor frecuencia o intensidad de los brotes que se desarrollen.1

La progresión es heterogénea en cuanto a síntomas y gravedad y está presente desde el inicio de la enfermedad. Es en realidad la responsable de la discapacidad global que va acumulándose y afectando a la persona a largo plazo.

Puede ser complejo valorar la progresión dado que, sintomáticamente, no se manifiesta como los brotes y además puede verse disminuida por mecanismos de compensación y de la denominada reserva neurológica (capacidad innata y diferente en cada individuo por la cual el cerebro permite tolerar mejor los efectos de la enfermedad antes de superar el umbral donde la sintomatología clínica comienza a manifestarse).15


 

16. Gráfica adaptada de Ziemssen T et al. J Neurol 263, 1053–1065 (2016)

En el siguiente vídeo puedes escuchar, de la mano de especialistas neurólogos, qué son los brotes en Esclerosis Múltiple

¿Qué es la Esclerosis Múltiple?

Enfermedad neurodegenerativa progresiva y crónica que afecta típicamente a adultos
jóvenes. De forma gradual, puede ser causa de discapacidad física y mental.

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