Derribando mitos sobre la hemofilia
Hay muchos conceptos erróneos sobre la hemofilia. A continuación te mostramos algunos de los más comunes:
Mitos de hemorragias
Las personas con hemofilia también pueden tener sangrados internos espontáneos. Las articulaciones más afectadas suelen ser: la rodilla, el tobillo y el codo
No todos los sangrados son mortales. Las personas con hemofilia pueden presentar hematomas o sangrado en los músculos y articulaciones, que si son frecuentes, pueden ocasionar daños a largo plazo
Mitos de esperanza de vida y Hemofilia A
No todos los sangrados son mortales. Las personas con hemofilia pueden presentar hematomas o sangrado en los músculos y articulaciones, que si son frecuentes, pueden ocasionar daños a largo plazo
Con un manejo adecuado, las personas con hemofilia pueden disfrutar de una vida prácticamente normal
Mitos de edades y géneros
La hemofilia suele ser un trastorno hereditario, sin embargo un tercio de los casos, se produce de forma espontánea
Como el gen que causa la hemofilia está ligado al cromosoma X, la mayoría de las personas con hemofilia son hombres. No obstante, las mujeres pueden padecer hemofilia, aunque es raro.
Mitos de alimentos y síntomas
Actualmente no existe cura para la hemofilia. Los tratamientos disponibles se basan en terapias de reemplazo del factor deficitario (factor VIII)
Los síntomas de la hemofilia A pueden variar dependiendo del nivel de Factor VIII. En función de este se clasifica en: leve, moderado o grave
Mitos de herencia y deporte
Existen muchos tipos de trastornos de la coagulación. La reina Victoria era portadora de hemofilia B, que es causada por déficit de un factor de coagulación distinto al de la hemofilia A.
Con un adecuado tratamiento, las personas con hemofilia pueden practicar una amplia variedad de deportes (ej. natación, running, etc.) aunque se recomienda que eviten los deportes de contacto.
Mitos de causas
La hemofilia A es el trastorno más frecuente y se debe a un déficit del factor VIII de la coagulación. La hemofilia B es causada por un déficit de factor IX y la hemofilia C por falta del factor XI.
La buena noticia es que con un tratamiento preventivo adecuado (profilaxis), las personas con hemofilia pueden evitar sangrados frecuentes que produzcan daños articulares a largo plazo.
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