La Hemofilia durante la infancia
Los niños, desde el nacimiento, y sobre todo desde que empiezan a gatear, están expuestos a muchos riesgos que les pueden provocar hemorragias. No por ello hay que sobreprotegerlos, hecho que puede provocarle inseguridades, dependencia y falta de integración social.
Hay que tener un cuidado especial con la Hemofilia infantil:
- protegerles con casco, rodilleras y coderas cuando monten en triciclo.
- poner almohadillas en las esquinas de los muebles.
- guardar objetos afilados que puedan causar sangrado.
Pero se les debe dejar que hagan una vida lo más normal posible, desdramatizando la enfermedad todo lo posible.
Desde que nacen, los niños ya pueden empezar con el tratamiento, por ello los padres tienen un papel importante en la vida del niño con Hemofilia:
- serán los primeros en tener que aprender a administrar la medicación.
- serán los primeros en reaccionar y en reconocer los signos de hemorragia.
- serán los que le enseñen después, cuando el niño sea capaz, a seguir con su tratamiento de forma eficaz.
Las inyecciones pueden provocar, en niños tan pequeños, rechazo.
A medida que van creciendo, se van haciendo conscientes de que en ocasiones, no pueden realizar las mismas actividades. En este punto, es de vital importancia mantener una buena comunicación con él y explicarle de forma clara y sencilla qué es lo que le está sucediendo para que lo entienda y resuelva todas las dudas que pueda tener al respecto.
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