En algunos tipos de cáncer de pulmón no microcítico se pueden encontrar proteínas u otras sustancias producidas por las células cancerígenas que pueden dar información de gran utilidad para la toma de decisiones del equipo oncológico. A estas sustancias se les conoce como biomarcadores.
Uno de los biomarcadores de mayor relevancia es el PD-L1 o ligando 1 de muerte programada; una proteína de superficie cuyos niveles se deben considerar a la hora de abordar la enfermedad e implementar la estrategia terapéutica. Según el porcentaje de células cancerígenas medido en la prueba de PD-L1, se les adjudica un estatus a estos niveles: alto, bajo o negativo.
¿Por qué son importantes los niveles de PD-L1 en el cáncer de pulmón?
Un biomarcador son sustancias, generalmente proteínas, que se producen en las células (tanto tumoral como no tumoral) en respuesta a un determinado estímulo. 1 Los biomarcadores producidos por las células cancerosas pueden detectarse en análisis de sangre, orina, en muestras del tumor, etc. Su presencia da información muy valiosa al equipo médico sobre el grado de malignidad del tumor, posibles tratamientos y demás.1
Uno de los biomarcadores más relevantes en el cáncer de pulmón no microcítico es el PD-L1 o ligando 1 de muerte programada. Esta proteína se expresa en la superficie de las células actuando como un “freno” para las respuestas inmunes. A este proceso se le conoce como punto de control inmunitario. 2,3 Los linfocitos T (una clase de glóbulo blanco) tienen en su superficie PD-1, una molécula que cuando se une al PD-L1 impide que el linfocito T ataque la célula, evitando la muerte celular.2,3
En las células tumorales, el PD-L1 está sobreexpresado. De esta manera, consigue esquivar a las células del sistema inmune y prolongar su supervivencia.2
Generalmente, se realiza mediante inmunohistoquímica: consiste en el uso de anticuerpos para tratar de identificar marcadores específicos (antígenos) en una muestra de tejido.4,5 En el caso del cáncer de pulmón, se suele hacer este análisis a través de una muestra de tejido del tumor (si es posible) y no conlleva riesgos.4,5
Cuando se analizan en un paciente los niveles de este biomarcador, se agrupan en 3 categorías:2
Conocer los niveles de PD-L1 de un paciente es de gran relevancia, ya que se podrían iniciar tratamientos de inmunoterapia específicos, conocidos como inhibidores de puntos de control inmunitarios. Estos medicamentos pueden tener dos formas de actuar.
Estos fármacos se emparejan con el PD-L1 de las células cancerígenas, ocupando el espacio donde se tendría que unir el PD-1 del linfocito T. Como éste PD-1 ya no se puede unir, debido a que ese hueco está ocupado, la señal que impedía atacar al linfocito desaparece, lo que permite al linfocito combatir las células cancerígenas.2,3
Es básicamente el mismo mecanismo, sólo que estos fármacos se emparejan y bloquean el PD-1 de los linfocitos T, en vez de unirse al PD-L1 de las células cancerosas.
Sin embargo, no todos los pacientes con PD-L1 alto son candidatos a inmunoterapia, ya que algunos podrían ver afectado su propio sistema inmune, como aquellos que padecen enfermedades autoinmunes (u otros posibles factores). Es importante que el paciente consulte a su médico para entender correctamente tanto su propio tratamiento personalizado como las recomendaciones que el oncólogo le pueda dar.2
El cáncer de pulmón es una de las enfermedades más graves y uno de los tipos de cáncer más frecuente en el ser humano.
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