LA INMUNOTERAPIA EN EL CÁNCER DE PULMÓN

El sistema inmune es el encargado de defender al organismo ante posibles agentes patológicos. Su funcionamiento involucra varios tejidos y tipos de células, en acciones coordinadas y con una alta comunicación entre ellas.

Cuando aparece un cáncer de pulmón, es posible que las células cancerígenas no sean reconocidas por las células del sistema inmune, y continúen con su crecimiento y división descontrolada. La inmunoterapia es un tipo de tratamiento concebido para reforzar a nuestro sistema inmune, y dotarlo de herramientas para poder reconocer estas células y combatir el cáncer.

 

¿Qué es la inmunoterapia?

 

¿Cómo se usa y qué tipos de inmunoterapia existen para el cáncer de pulmón?


 

¿Qué es la inmunoterapia?

El sistema inmune agrupa a una serie de órganos y células especializadas en la protección del organismo ante posibles ataques, como infecciones u otras enfermedades. Ciertos tipos de células inmunes, como los linfocitos T, viajan por todo el cuerpo llevando un “registro” de todas las sustancias habituales y alertando cuando se encuentran una sustancia nueva (antígeno). Estos antígenos pueden ser fragmentos de un patógeno o incluso sustancias producidas por el propio cuerpo pero que no son habituales, como en el caso de las células tumorales.1

Sin embargo, estas células cancerígenas pueden evitar ser reconocidas como extrañas por el sistema inmune. Esto puede deberse a que son capaces de producir ciertas sustancias que les camuflan ante el sistema inmune. Las más conocidas son proteínas que expresan en su superficie, como PD-L1 o B7-1/2, las cuales se unen y emparejan a otras proteínas expresadas en el linfocito T, PD-1 y CTLA-4, respectivamente. Esta unión envía una señal al glóbulo blanco que impide que ataque a la célula cancerígena.1,2

La inmunoterapia es un tratamiento desarrollado para tratar de superar estos impedimentos. Esta terapia se diferencia del resto en que no está dirigida a acabar directamente con el tumor, sino que busca estimular el sistema inmune del propio paciente y que sea éste quien combata al tumor. De esta manera, se propicia el ataque a las células cancerosas exclusivamente, reduciendo la toxicidad del tratamiento y permitiendo que los linfocitos sigan reconociendo en el futuro al tumor, en caso de que vuelva.1,3

¿Cómo se usa y qué tipos de inmunoterapia existen para el cáncer de pulmón?

La inmunoterapia puede utilizarse como tratamiento único o de forma combinada, usualmente con quimioterapia, para hacer más efectivo el tratamiento.Normalmente, consta de fármacos con sustancias del propio cuerpo o fabricadas en laboratorio que ralentizan el crecimiento de las células tumorales y dificultan su metástasis, ayudando al organismo a combatir el cáncer por sí mismo.3

Existen varios tipos de inmunoterapia:1,2,3,4,5

Anticuerpos monoclonales

Estos anticuerpos son sustancias del sistema inmune fabricadas en laboratorio, que atacan a una parte específica del cáncer.

Inhibidores de puntos de control inmunitarios

El sistema inmune debe ser capaz de combatir a los patógenos, pero también de reconocer y evitar atacar a las células normales. Por eso, existen ciertos puntos de control inmunitarios en las células inmunes, generalmente proteínas de superficie, que actúan como interruptores para iniciar o detener una respuesta inmune.

En ocasiones, las células cancerígenas se aprovechan de estos puntos de control para hacerse pasar por normales y evitar ser atacadas. Por esta razón, se han desarrollado una serie de medicamentos, basados también en anticuerpos monoclonales, que se unen a estas proteínas e impiden el camuflaje de las células cancerosas, que se conocen como inhibidores de puntos de control inmunitarios.

Los más relevantes son:

  • Inhibidores de PD-1/PD-L1. Uno de estos puntos de control es la interacción entre el PD-1, una proteína que expresan los linfocitos T, y su acoplamiento al PD-L1 que expresan algunas células cancerígenas. Esta unión impide al linfocito reconocer a la célula como maligna y por tanto iniciar su ataque. Para evitar esto, se han desarrollado fármacos específicos, unos para unirse a PD-1 (anti-PD-1) y otros a PD-L1 (anti-PD-L1), que impiden este acoplamiento entre ambos, y por tanto habilitan la respuesta inmune.
  • Inhibidores de CTLA-4. Los linfocitos T no actúan solos, existen otras células que les ayudan a reconocer posibles amenazas. Unas de estas son las células presentadoras de antígenos (APC), que se comunican con los linfocitos T para que se activen e inicien su respuesta.

Sin embargo, esta comunicación también tiene un punto de control inmune, la unión entre la proteína CTLA-4 del linfocito T y las proteínas B7-1/2 de la APC. Para superar este obstáculo, se han desarrollado fármacos que se adhieren al CTLA-4, bloqueando su unión al B7-1/2 y permitiendo la acción inmune. Es habitual su uso combinado con un fármaco anti-PD1.

Terapias de células T con receptores quiméricos de antígenos (CAR-T)

Consisten en extraer sangre del paciente y obtener sus células T. Una vez en el laboratorio, los linfocitos T se modifican genéticamente para que puedan expresar un nuevo receptor en su superficie, conocido como receptor quimérico de antígenos, o CAR. Este receptor permite a las células T adherirse a un antígeno específico de las células cancerígenas. Cuando ya se han modificado, se devuelven al paciente para que puedan iniciar su acción.

Terapias con virus oncolíticos

Consiste en la inyección de virus modificados genéticamente en las células cancerosas. Una vez que el virus infecta estas células tumorales, continúa su proceso de infección hasta causar la rotura de la célula cancerígena, liberando muchos antígenos. Estos serán reconocidos por el sistema inmune, que ataca específicamente a todas las células que lo presenten, protegiendo a las células normales que no los expresan.

Vacunas contra el cáncer

Por otro lado, se pueden administrar vacunas que contengan partes y antígenos de células cancerígenas como tratamiento. Para ello, se extraen las células inmunes del paciente, se les expone a estas sustancias, y posteriormente se le vuelven a introducir. La memoria de estas células inmunes les ayudará a reconocer a las células tumorales, y por tanto a atacarlas.

Inmunomoduladores

Una serie de medicamentos que estimulan ciertos componentes del sistema inmune para tratar algunos tipos de cáncer.

En resumen, la inmunoterapia es una herramienta terapéutica muy útil, prometedora y cada vez más estudiada, dada su capacidad de actuación específica. Aun así, como todo tratamiento, pueden aparecer efectos secundarios asociados, por lo que se recomienda al paciente consultar a su médico cualquier duda que tenga con respecto a la inmunoterapia y si podría ser candidato a la misma.

 

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