Recuperar el peso anterior al cáncer y sus tratamientos

La pérdida de peso en las personas diagnosticadas con cáncer es un suceso bastante frecuente. Esta pérdida de peso puede aparecer tanto previo al diagnóstico o en contexto de los efectos secundarios de los tratamientos realizados.

Mayoritariamente esta situación se produce por un cambio del metabolismo que, si no se llega a cubrir de forma óptima los requerimientos nutricionales necesarios, se conduce a un estado de pérdida de peso, caracterizada por la pérdida de apetito, masa muscular, la sensación de fatiga y consecuentemente la percepción de un deterioro de la calidad de vida.

¿Qué tengo que hacer para recuperar mi peso anterior al tratamiento oncológico?

No existe una fórmula estándar que podamos aplicar de la misma manera a todas las personas esperando el mismo resultado. La recuperación del peso perdido depende de diferentes factores, y es importante no obsesionarse ya que mayoritariamente el proceso es lento.

En ocasiones no se llega a recuperar el peso habitual de cada uno, sin embargo, lo más importante es mantener un peso saludable y estable, además de encontrarnos con un estado funcionalmente capaz para mantener las tareas cotidianas. Por este motivo, es importante mantener una alimentación equilibrada y variada, con unos buenos hábitos de vida saludables para llegar a tener un buen estado nutricional.

Puntos claves para recuperar el peso después del tratamiento de quimioterapia

A continuación, presentamos 6 puntos claves importantes a mantener en esta etapa de recuperación:

Tanto si nos encontramos en tratamiento activo o una vez finalizado, es importante mantener un alimentación saludable y equilibrada para que nuestro cuerpo obtenga los nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento con la finalidad de mantener un buen estado nutricional. La dieta mediterránea es un buen patrón de alimentación a seguir, incorpora todos los grupos de alimentos en una cantidad y frecuencia determinadas, garantizando un correcto aporte de nutrientes.
No olvides consumir frutas y verduras diariamente, ya que son la principal fuente de vitaminas antioxidantes, minerales, fibra y agua de la alimentación.
En caso de persistir la pérdida de apetito, es recomendable repartir la alimentación en varias comidas al día asegurando el consumo adecuado energético y proteico (proteína vegetal o animal). Enriquece los platos con alimentos de elevado contenido energético y/o proteico para aumentar su densidad nutricional, sin aumentar el volumen de las diferentes preparaciones, utilizando, por ejemplo, el aceite de oliva virgen, los quesitos, el huevo, los frutos secos molidos, leche en polvo, etc.
Mantén una correcta hidratación para conseguir un buen equilibrio de agua corporal. Es recomendable asegurar la ingesta de 1,5 a 2 litros de agua diariamente.
Limita los hábitos tóxicos, como las bebidas alcohólicas o el tabaco.
Realiza actividad física de forma diaria. En caso de que el cansancio o el malestar no permitan hacer ningún tipo de actividad, intenta salir a caminar al ritmo que puedas y ve adaptándolo a tus capacidades.