Una recomendación interesante es que camines o realices bicicleta estática entre 15-30 minutos todos los días. Intenta llevar un control ventilatorio mientras lo haces, como por ejemplo soplando el aire por la boca con los labios fruncidos y cogiendo el aire por la nariz. Llevando un ritmo adecuado.
Son muchos los beneficios que obtiene nuestra salud cuando hacemos ejercicio. Beneficios, por supuesto, físicos, pero también beneficios psicológicos. La mejora de la salud mental, la reducción de estrés, la potenciación de habilidades cognitivas… son solo algunos ejemplos de beneficios que una persona puede tener al implantar una rutina de ejercicios en su día a día.
Es aún más importante la práctica de ejercicio para pacientes de fibrosis pulmonar idiopática, puesto que va a ayudar a contrarrestar algunos de los problemas asociados con la enfermedad, como sentir menos fatiga general, apreciar menos sensación de ahogo (disnea), facilitar las actividades diarias y cotidianas como dar un paseo, asesarse o subir unas escaleras, o la mejora de la calidad de vida en general, y el estado de ánimo.
Si eres usuario de oxigenoterapia, deberás emplearla tal y como está prescrita. Ante cualquier duda, consulta a tu profesional sanitario de referencia.
Realizar este tipo de ejercicios una vez al día te ayudará a controlar mejor la posible sensación de ahogo y mejorará la ventilación de tus pulmones.
Movilizar desde los laterales tu caja torácica ayudará a tu movilidad articular contribuyendo a mejorar tu respiración.
Todos estos ejercicios de fortalecimiento van a contribuir a que te sientas más fuerte, menos fatigado y te ayudarán a enfrentarte a tu día con más energía.
Adquirir una rutina aeróbica de manera activa te va a ayudar a que te ahogues menos, sientas menos fatiga en tu día a día mejorando tu calidad de vida, tu capacidad de ejercicio y contribuyendo a tu estado de ánimo.
Una recomendación interesante es que camines o realices bicicleta estática entre 15-30 minutos todos los días. Intenta llevar un control ventilatorio mientras lo haces, como por ejemplo soplando el aire por la boca con los labios fruncidos y cogiendo el aire por la nariz. Llevando un ritmo adecuado.
Si sales a caminar, puedes comenzar en un lugar llano y poco a poco escoger alguna pendiente, siempre que sea posible. Intenta hacer cosas de manera activa, como por ejemplo sacar a pasear al perro, dar un paseo en compañía, subir algún tramo de escalera (que no todo sea el ascensor), bajar un par de paradas previas al lugar donde te dirijas… siempre hay estrategias sencillas que implementar y que nos van a venir muy bien.
Consejos:
Recuerda estar bien hidratado, evita los golpes de calor y sal adecuadamente abrigado en invierno.
RECUERDA:
Estas recomendaciones son de carácter general. Intenta adaptarlas a tus características, situación personal y tu entorno. Diseña tu propio plan activo y consulta siempre a tu profesional sanitario de referencia (médico, enfermera o fisioterapeuta respiratorio).
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