Aumento de tamaño de uno o más ganglios linfáticos (generalmente los del cuello, las axilas o la ingle), sin presencia de dolor. A veces se observa aumento del tamaño del hígado o del bazo o afectación de otros órganos.
Un tercio de los pacientes también muestran otros síntomas (conocidos con el nombre de síntomas B) como:
Si los ganglios linfáticos del tórax están afectados, pueden ejercer presión sobre las estructuras del pulmón y causar dificultad para respirar, tos o molestia torácica.
La sintomatología del linfoma no Hodgkin es muy variada y va a depender de la localización inicial, del subtipo histológico concreto, la rapidez de crecimiento del tumor, la edad del paciente, etc.
En la mayoría de los pacientes, el linfoma no Hodgkin se presenta como un ganglio aumentado de tamaño, palpable (linfadenopatía).
Además, pueden aparecer síntomas generales como:
Otro tipo de síntomas locales, como cefalea, tos, dificultad para respirar, dolor óseo o abdominal pueden indicar afectación de la enfermedad a esos niveles.
La fiebre mayor de 38º y la pérdida de peso mayor del 10% constituyen dos factores pronósticos importantes.
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