Ante un diagnóstico de cáncer de pulmón, el equipo médico multidisciplinar encargado de tratarlo tiene un gran abanico de opciones terapéuticas. Tras una decisión consensuada, basada en el estado y preferencias del paciente así como de las características de su enfermedad, pueden decidir utilizar una única terapia o varias de forma simultánea. A este empleo de dos o más terapias anticancerígenas se le conoce como terapia combinada.1
Hay varias combinaciones usadas en el tratamiento del cáncer de pulmón, y también en desarrollo. Algunos ejemplos de combinaciones utilizadas son la cirugía con quimioterapia y/o radioterapia, quimioterapia con radioterapia, quimioterapia y/o radioterapia con inmunoterapia o combinación de dos quimioterapias o de dos inmunoterapias. También, se están desarrollando combinaciones entre terapias dirigidas e inmunoterapia.1,2,3
Como todo tratamiento, estas terapias pueden tener asociados efectos secundarios, pero la combinación de dos o más puede aumentarlos en frecuencia y/o intensidad4. Estos efectos secundarios pueden ser mareos, náuseas, sangrados, debilidad, problemas en la piel o en otros órganos como el cerebro o el hígado5. Es importante que el paciente consulte con su médico los posibles efectos secundarios de los tratamientos que se le administrarán. Para conocer más acerca de los efectos secundarios asociados a las terapias más frecuentemente utilizadas, visita los siguientes recursos:
El cáncer de pulmón es una de las enfermedades más graves y uno de los tipos de cáncer más frecuente en el ser humano.
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